Tanto los intelectuales como los estudiantes deben estudiar con ahínco. A la par del estudio de sus especialidades, tienen que progresar ideológica y políticamente, y para eso deben estudiar la ideologia cientifica y los problemas políticos y de actualidad. No tener una justa concepción política equivale a no tener alma. (...)
jueves, 20 de mayo de 2010
LA GEOGRAFÍA Y LA SITUACIÓN MUNDIAL
La geografía es la ciencia que estudia el espacio geográfico o los territorios que corresponde a la jurisdicción un estado, la distribución de la producción social y de la relación de estos dos elementos. El estudio de la geografía física y económica, y la geografía política del mundo, nos ayudará a lograr una correcta comprensión de la situación mundial y de los reajustes y cambios habidos en las relaciones internacionales.
LA IMPORTANCIA DE LA GEOGRAFÍA EN LA TRANSFORMACION DE LA SOCIEDAD.
Los grandes gestores de la revolución, en el examen de la situación internacional de la lucha de clases, han concedido, sin excepción, particular atención al análisis de toda clase de datos sociales, políticos, económicos y geográficos.
En “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, se refiere con frecuencia a datos geográficos y estadísticos para ilustrar los cambios ocurridos en la geografía política y económica mundial antes y después que las potencias imperialistas se repartan el mundo. En la tesis del desarrollo desigual de los países imperialistas se concluye que “las guerras imperialistas son absolutamente inevitables”.
En numerosas obras dedicadas a los problemas internacionales, han analizado la situación revolucionaria basándose en la geografía mundial. En agosto de 1946, Mao declaró durante una célebre entrevista: “Una zona muy amplia de numerosos países capitalistas, coloniales y semi-coloniales, en Europa, Asia y África, separa los Estados Unidos de la Unión Soviética”. Hablando del imperialismo americano, que entonces había reemplazado al fascismo alemán, italiano y japonés, decían: “En el Pacífico, los Estados Unidos controlan ahora regiones más extensas que el conjunto de todas las antiguas esferas de influencia que poseía Gran Bretaña; controlan el Japón, la parte de China sometida a la dominación del “Kuomintang”, la mitad de Corea, y el Pacífico Sur. Buscan además controlar el Imperio Británico y Europa Occidental. Bajo diversos pretextos, los Estados Unidos toman disposiciones militares de gran envergadura y establecen bases militares en numerosos países”. Esta tesis del Presidente Mao, que resume científicamente las particularidades de la lucha de clases internacional en esta época, nos servirá de guía para estudiar la situación fundamental del mundo después de la Segunda Guerra Mundial. La aparición de la China socialista y de otros países socialistas, el desarrollo de las luchas revolucionarias de las naciones y pueblos oprimidos del mundo, especialmente en Asia, África y América Latina, así como la restauración del capitalismo en la Unión Soviética, han supuesto profundos cambios en la geografía política mundial.
LA CAUSA FUNDAMENTAL DE LOS CONFLICTOS EN EL MUNDO
La colusión y la pugna entre las potencias son la causa fundamental que impide actualmente al mundo vivir en paz.
La “crisis del Oriente Medio” es un ejemplo. Desde el punto de vista geográfico, la región de Oriente Medio, situada en el centro de la parte continental del hemisferio oriental, es el lugar donde se juntan Europa, Asia y África. Bañado por el Mar Caspio, el Mar Negro, el Mediterráneo, el Mar Rojo y el Mar Omán, esta “tierra de los cinco mares”, ha sido desde la antigüedad lugar de paso del comercio entre Este y Oeste. En 1869, la apertura del canal de Suez, la “garganta del Oriente Medio”, ha acortado mucho miles de quilómetros el viaje por mar entre Europa y los Océanos Índico y Pacífico, que se hacía habitualmente por el cabo de Buena Esperanza.
Desde entonces, la región de Oriente Medio se ha convertido en centro de comunicaciones tanto por tierra como por mar de los tres continentes. En esta región se encuentra el 60% de las reservas mundiales de petróleo; y de los 14 países o territorios donde las reservas son superiores a mil millones de toneladas, 6 pertenecen a Oriente Medio. Es evidente que todo esto excita la codicia de las potencias, que compiten no sólo en la implantación de bases militares con la idea de realizar su loca ambición de conquistar esferas de influencia en Oriente Medio, sino que dan además su apoyo al sionismo israelí para poder pescar en el río revuelto. Al mismo tiempo, esconden las uñas ante los países pequeños y medios de esta región, se dedican a la agresión, a la subversión, al control e intervención bajo el pretexto de sostener y ayudar, y se sirven de estos países como si fueran fichas para sus regateos políticos. La situación “ni guerra, ni paz” que conoce en Oriente Medio ha sido creada exclusivamente por las potencias principalmente norteamericana para su propio provecho.
LOS ENEMIGOS COMUNES DEL TERCER MUNDO
Pero donde hay agresión hay resistencia. Como indica la situación fundamental de la geografía mundial, mientras las superpotencias sigan acentuando su expansionismo por diferentes métodos y pugnen por el dominio mundial, la lucha entre la agresión y la anti-agresión, la intervención y la anti-intervención, la subversión y la anti-subversión, en control y el anti-control, se prolongará aún mucho tiempo. Las contradicciones entre el imperialismo y los países del tercer mundo se irán agudizando. En el momento actual, los cuatro mares hierven y los cinco continentes se sublevan. Aquí, la geografía será muy útil para estudiar la experiencia de las luchas populares revolucionarias en diversos países, pues adquiriendo algunas nociones de la posición geográfica física y de los recursos, así como de la distribución de la producción de los diferentes países, particularmente de las naciones y pueblos oprimidos, podremos comprender mejor por qué es perfectamente justo que los pueblos pequeños y medianos se unan para combatir el expansionismo y el colonialismo, el saqueo de todo tipo y por qué merecen nuestra solidaridad y apoyo.
Por ejemplo, cuando hayamos adquirido cierto conocimiento de los océanos, comprenderemos el gran significado político y la gran importancia económica que para los países y pueblos latinoamericanos tiene la proclamación del límite de 200 millas marinas para la extensión de sus aguas territoriales y zonas de pesca, y de la lucha que han originado en ese campo. En América Latina, la “corriente Peruana”, corriente fría que asciende por afloramiento a lo largo de las costas de Chile y Perú, se extiende más de 200 millas marinas. Este hecho y otras condiciones naturales hacen que la región sea rica en recursos hidrobiológicos y que sea una de las más célebres zonas de pesca del mundo. Perú ocupa la primera posición mundial en tonelaje de captura, y su exportación de harina de pescado representa más de la mitad de las exportaciones mundiales.
La cantidad de atún pescado por Ecuador en sus aguas territoriales equivale al 20% del tonelaje global de este pescado en el mundo. Sin embargo, durante largos años, los recursos en pescados de estos países han sido saqueados por los países imperialistas. El imperialismo americano llego ha proclamar que los Estados Unidos tenían “derecho” a pescar donde hubiera pesca. El social-imperialismo revisionista soviético, la superpotencia rusa dijo, en su momento, “no” al límite de 200 millas marinas. Ignorando completamente los derechos de los países latinoamericanos sobre sus aguas territoriales, no ahorraron ningún esfuerzo por atropellar a los otros. Es absolutamente justo que, para proteger sus recursos y desarrollar su economía nacional, estos países se unan y secuestren los barcos piratas imperialistas sorprendidos pescando ilegalmente en sus aguas territoriales.
Desde el siglo XV numerosos países colonialistas europeos han tenido muchas veces la fiebre de las “exploraciones geográficas”, en Asia, África y América Latina. Estas exploraciones han ido seguidas de luchas entre los bandidos colonialistas para disputarse las tierras y establecer esferas de influencia en estos tres continentes. Después de la Segunda Guerra Mundial, durante 24 años desde 1946 a 1969, los Estados Unidos han tenido un beneficio de 23,49 miles de millones de dólares solamente en sus inversiones indirectas en América Latina. A partir de los años 60, el social-imperialismo revisionista soviético entro igualmente en la expansión y agresión en Asia, África y América Latina. Desde comienzos de 1971, había participado ya, en mayor o menor grado, en 353 empresas y proyectos en los países de estos continentes. La agresión perpetrada por el imperialismo y el social-imperialismo ha suscitado una viva oposición en los pueblos de estos países. Actualmente sigue igual bajo la careta de plan Colombia, combate al narcotráfico, etc.
CRÍTICA DE LA GEOGRAFÍA BURGUESA
La geografía es una disciplina burguesa con un marcado carácter de clase. La geografía burguesa ha estado, desde el principio, impregnada por la naturaleza agresiva y de rapiña del colonialismo y el imperialismo. “Geógrafos” de la Rusia zarista proclamaron abiertamente en aquella época que la investigación geográfica debía ir conjuntamente con la política colonial de los zares y “preceder la adquisición territorial y el avance de la fronteras”. Esta concepción reaccionaria de la geografía está basada en la “teoría” de finales del siglo XIX según la cual el desarrollo social está enteramente condicionado por el medio geográfico. De esta teoría se desprenden otros conceptos reaccionarios de geografía, tales como la geografía humana y la geopolítica. En los Estados Unidos ha salido una llamada “geografía del hambre” la cual afirma que el hambre y la pobreza de los pueblos de Asia, África y América Latina son debido a la falta de tierras arables, al mal clima, a lo precario de los recursos naturales y a la abundancia de montañas y mesetas. Sin embargo la realidad es justamente lo contrario. Asia, África y América Latina tienen vastas extensiones de terreno y abundantes recursos naturales. Y la riqueza de los países imperialistas proviene del alocado saqueo de estos continentes y otras regiones.
La geopolítica, cuyo centro es su teoría del “espacio vital”, es una geografía imperialista bajo otra forma. Presenta las condiciones geográficas como base de la política extranjera de un Estado. Predica fanáticamente que la expansión ilimitada del “espacio vital” es una “ley inevitable” en el curso del desarrollo del organismo del Estado. Hitler, siguiendo esta lógica de gánster, no solamente incluyó la mayor parte de Europa en su “espacio vital” fascista, sino que también envió sus tropas a África. También el imperialismo americano luchó mucho, en los años 50, para “llenar los vacíos”, teoría que, en esencia, niega al pueblo de una región dada el derecho y el poder de decidir su propio destino, e insiste en la división del mundo en esferas de influencia según los intereses de los países imperialistas. Basándose en esta teoría, las potencias sueñan hoy convertirse en soberanos del mundo. Haciendo suya la política imperialista “del cañonazo”, el social-imperialismo en su momento envió sus flotas al Mediterráneo, a los océanos Indico, Pacífico y Atlántico con la intención de asegurarse la hegemonía mundial.
La geografía de la burguesía es, en último análisis, reflejo de la concepción idealista de la historia. El rechazo completo de estos conceptos burgueses en el estudio de la geografía científica, los clásicos como guía, también nos ayudará a distinguir entre materialismo e idealismo y adquirir una nueva concepción del mundo a la luz del materialismo dialéctico y del materialismo histórico. Una geografía que defina su objeto de estudio como las formas y estructuras espaciales producidas históricamente y especificadas por los modos de producción. Esto permitirá comprender mejor el desarrollo de las técnicas de producción y las sociedades de clase y por tanto la naturaleza del dominio territorial. Además esto permitirá comprender mejor el despliegue del capital en varias escalas. De otra manera no se puede comprender los mecanismos del imperialismo.
sábado, 1 de mayo de 2010
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